miércoles, 26 de octubre de 2016

Tomografía Axial Computarizada (TAC)

La tomografía axial computarizada o TAC, también conocida como escáner o TC (tomografía computarizada), es una prueba diagnóstica que, a través del uso de rayos X, permite obtener imágenes radiográficas del interior del organismo en forma de cortes trasversales o, si es necesario, en forma de imágenes tridimensionales.
Los motivos más frecuentes por los que se puede solicitar la realización de un TAC o tomografía computarizada son los siguientes:
En caso de un traumatismo para detectar hemorragias, lesiones de los órganos internos o fracturas.
Para diagnosticar tumores y ver su posible extensión.
Para estudiar patologías de la médula espinal o de la columna vertebral.
Para diagnosticar algunas infecciones.
Para guiar algunas intervenciones como la toma de biopsias o el drenaje de abscesos.
En muchas ocasiones, es necesario administrar un líquido llamado contraste, que suele ser un compuesto de yodo, y que resalta en las imágenes que se obtienen con la TAC, lo que facilita la interpretación de la prueba. Este medio de contraste suele administrarse vía intravenosa, aunque también puede administrase vía oral o, raras veces, por otras vías.
Exploración por TAC.
La tomografía computarizada (TC) del cuerpo utiliza un equipo especial de rayos X para ayudar a detectar una variedad de enfermedades y condiciones. La exploración por TC es rápida, indolora, no es invasiva y es precisa. En casos de emergencia, puede identificar lesiones y hemorragias internas lo suficientemente rápido como para ayudar a salvar vidas.
 Tórax.  
                                                         Abdomen y Pelvis
 Cerebro.  
                                                                 Abdomen.


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